La vacuna de la tuberculosis

23/03/2010

La nueva vacuna contra la tuberculosis diseñada por la Universidad de Zaragoza se empezará a distribuir en el año 2016 si se cumplen los plazos previstos y el proyecto del campus público acaba siendo el elegido.

 

Actualmente, el fármaco preventivo, desarrollado por ingeniería técnica y obtenida por el grupo de investigación de Genética de Micobacterias de la Facultad de Medicina que dirige el catedrático Carlos Martín, es el más firme candidato a sustituir por su mayor eficacia a la actual vacuna, que se remonta a 1921 y cuya eficacia en adultos alcanza al 50%.

 

La efectividad, sin embargo, de la vacuna diseñada por la universidad es superior y su utilización supondría uno de los mayores avances médicos para la salud mundial además de la primera vacuna para humanos que se logra por completo en España. Además, el diseño del campus público ha mostrado hasta ahora una mejor protección y capacidad inmunógena. Pero el diseño aragonés todavía debe competir con otros proyectos europeos --en Dinamarca, Inglaterra y Alemania-- y de Estados Unidos para aspirar a desarrollar la nueva vacuna contra la tuberculosis, una enfermedad que causa dos millones de muertes al año y se estima que un tercio de la población mundial está infectada, sobre todo en Asia y África.

 

 

El rector, Manuel López, anunció ayer la firma de un acuerdo con la firma Biofabri, la primera empresa española en producir vacunas para humanos, por la que recibirá 4 millones de euros --2 de ellos se destinarán a la construcción de un laboratorio de desarrollo biológico--, mientras que el Ministerio de Ciencia e Innovación aportarará un millón más a través del Programa Innocash, que lo ha calificado de excelente y seleccionado entre más de doscientos presentados.

Además, la Fundació Genoma España financiará la fabricación de lotes para los ensayos y captando apoyos privados que contribuyan a financiar el desarrollo clínico.

 

El convenio permitirá la producción de la vacuna, que empezó su producción en 2007, y el desarrollo de las pruebas clínicas de seguridad y eficacia en humanos mediante unos ensayos que comenzarán a finales del 2011.

 

Hasta ahora, las pruebas realizadas con animales han obtenido resultados muy positivos. La detección de dos genes implicados en la virulencia de la bacteria resulta clave. "Inactivarlos nos posibilitaría inocular la cepa viva lo que generaría una buena respuesta inmunitaria a la infección", advertía Martín, que apuesta por una vacuna "viva y atenuada del bacilo de la tuberculosis".

 

Por su parte, la jefa de la Unidad de Mycobacterial Genetics del Instituto Pasteur de París, con el que ha colaborado la institución académica zaragozana, la vacuna es "viva, no tóxica" y subrayó que "con una sola dosis se adquiriría inmunidad para toda la vida".