El tratamiento se adapta a la causa de la patología. Así, el tratamiento de rehabilitación en condromalacia comprende ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps con ejercicios de fortalecimiento de los isquiotibiales y el uso de AINE.

Las fisioterapias específicas, como las ondas de choque en la tendinitis insercional o el láser suave como antinflamatorio y antálgico, son altamente eficaces si se descartan los procesos sépticos.

Para la subluxación rotuliana, es necesario el uso de estabilizadores rotulianos, especialmente en los deportes que exigen movimientos rápidos y ágiles en diversos planos (p. ej., baloncesto, tenis).

Si hay una pronación excesiva del pie, y se han excluido todas las posibles causas de dolor de rodilla, el uso de plantillas puede mejorar la deambulación.

Las patologías intrarticulares, como las roturas meniscales amplias o roturas de ligamentos cruzados, con frecuencia exigen cirugía, pero si son parciales, los láseres específicos pueden solucionar el problema sin necesidad de cirugía. Las fracturas por sobrecarga también pueden beneficiarse de estos tratamientos, porque acortan el período de inactividad y mejoran la resolución del problema.