El diagnóstico clínico de la retinopatía en prematuros se
basa en la exploración de la retina realizada por un oftalmólogo o un pediatra
especializado.
Esta exploración siempre es recomendable en prematuros de menos de 1,5 kg de
peso al nacer o menos de 32 semanas de gestación, aunque los padres no observen
nada especial en los ojos del bebé.