En la osteoporosis, no existen alteraciones de
los análisis básicos que permitan hacer el diagnóstico.
Si bien, en teoría, la biopsia del hueso es la
que permite el diagnóstico de certeza de osteoporosis, en la práctica habitual,
se utilizan diversas técnicas radiológicas para el diagnóstico y el seguimiento
de la evolución de la enfermedad y de la respuesta al tratamiento del paciente
con osteoporosis, a destacar la densitometría. Las radiografías simples de los
huesos afectados, que muestran osteoporosis cuando ésta ya está bastante
avanzada, son más inespecíficas.
La DEXA (absorciometría radiológica con
energía dual) se utiliza para medir la densidad ósea, en general, en columna
vertebral, fémur proximal total o cuello femoral. Este estudio es diagnóstico
para osteoporosis, predice el riesgo de fractura y puede utilizarse para seguir
la respuesta al tratamiento. Los resultados de la DEXA se informan como puntaje
T (T-score), que corresponde al
número de desviaciones estándar en que difiere la densidad ósea del valor
normal para una persona sana joven del mismo sexo y grupo étnico. Un resultado
de DEXA >1 se define como osteopenia,
y sugiere un mayor riesgo de osteoporosis. Un resultado de DEXA >2,5 es diagnóstico de osteoporosis.
Se recomienda una DEXA de cribado a todas las
mujeres >65 años, así como en mujeres de entre 50 y 65 años que tengan
factores de riesgo de osteoporosis (antecedentes familiares de osteoporosis,
antecedentes de fracturas por fragilidad y bajo peso corporal). Igualmente, se
recomienda el cribado en personas de ambos sexos que presenten fracturas por
fragilidad, incluso en jóvenes.
Una vez diagnosticada la osteoporosis, deberán
buscarse causas de osteoporosis secundaria que puedan explicarla. Según las
manifestaciones clínicas, será necesario considerar unos estudios u otros.