La faringitis por sí misma es fácil de reconocer
clínicamente; sin embargo, su causa no lo es.
La rinorrea y la tos suelen indicar una causa vírica.
La mononucleosis infecciosa cursa con malestar general,
cansancio, hepatoesplenomegalia y adenopatía cervical posterior, con
petequias del velo del paladar y exudados amigdalares.
Una membrana gruesa, gris, sucia y dura que
sangra puede indicar difteria, aunque esto es cada vez más esporádico
debido a la vacunación.
Las pruebas antigénicas son específicas pero no sensibles y
deberán ir seguidas de un cultivo, que tiene una especificidad de aproximadamente
el 90% y una sensibilidad del 90%.