Hay que distinguir la demencia de las siguientes patologías:
• Delirio
• Deterioro de la memoria asociado a la edad
• Deterioro cognitivo leve
• Demencia de la depresión
Criterios clínicos de demencia:
La mejor prueba de detección para la demencia es la
prueba de la memoria a corto plazo (p. ej., enumerar tres objetos y
recordarlos al cabo de cinco minutos); los pacientes con demencia olvidan
información simple al cabo de tres a cinco minutos.
Otra prueba que evalúa su capacidad consiste en nombrar
objetos dentro de distintas categorías (p. ej., listas de muebles, plantas o
animales). Los pacientes con demencia hacen esfuerzos para nombrar unos
cuantos.
Además de la pérdida de memoria a corto plazo, el
diagnóstico de demencia exige al menos uno de los siguientes déficits cognitivos:
• Afasia
• Apraxia
• Agnosia
• Alteración de la capacidad para planificar, organizar,
secuenciar o pensar de forma abstracta (disfunción ejecutiva)
La anamnesis y la exploración física deben centrarse en trastornos tratables
que causan deterioro cognitivo (p. ej., deficiencia de vitamina B12,
neurosífilis, hipotiroidismo, depresión).
Laboratorio:
- Hemograma completo y electrólitos séricos
- Glucosa
- Concentración sanguínea de urea / creatinina
- Concentraciones séricas de B12
- Pruebas de la función tiroidea
- Pruebas de la función hepática
- Detección de la sífilis (a menos que el paciente tenga un factor de
riesgo, p. ej., si vive en una región de incidencia elevada)
Neuroimagen:
Hay que realizar una RMN o TAC en la evaluación inicial
de la demencia o después de cualquier alteración repentina en la cognición o el
estado mental. Los estudios de neuroimagen pueden identificar trastornos
estructurales potencialmente reversibles (p. ej., hidrocefalia normotensiva,
tumores cerebrales, hematoma subdural) y ciertos trastornos metabólicos
(enfermedad de Hallervorden-Spatz, enfermedad de Wilson).
A veces, es útil realizar un EEG (p. ej., cuando disminuye
la atención o hay un comportamiento extraño).
Las imágenes funcionales con emisión de positrones (SPECT)
pueden proporcionar información sobre patrones de perfusión cerebral y ayudar en
el diagnóstico diferencial (p. ej., para diferenciar la enfermedad de Alzheimer
de la demencia frontotemporal y la demencia de cuerpos de Lewy).
Si quedan dudas respecto al diagnóstico, pueden realizarse
pruebas neuropsicológicas, que evalúan el estado de ánimo, así como todas las
funciones mentales. Las realiza o supervisa un neuropsicólogo. Dichas
pruebas ayudan principalmente a diferenciar:
• Deterioro de la memoria asociado a la edad, deterioro cognitivo leve y
demencia, particularmente cuando la cognición está sólo
ligeramente alterada o cuando el paciente o los miembros de la
familia están angustiados.
• Demencia y síndromes focales de deterioro cognitivo (p. ej.,
amnesia, afasia, apraxia, dificultades de la visión espacial) cuando la
distinción no es clínicamente evidente.